Wednesday, July 16, 2008

Quebec - Eastern Canada





Llegamos al Motel Springs de Quebec a la una de la manana. No habiamos podido encontrar un hotel en el centro y nos conformamos con uno "family owned" a veinte minutos. Las fotos eran divinas. Un jardin enorme y un rio. Un amor.
Las fotos enganan, debemos aprender.
Se trataba de un motel de ruta!!
A veinte metros del camion mas chico y el jardin de atras era de veinte metros y parecia un gallinero. Rafa asqueado. A mi me parecia bien. Estaba conforme. Total no ibamos a estar casi, era my limpio y aparte lo habia reservado yo (o sea, convencerlo a Rafa de que estaba barbaro)
Desayuno incluido. Muy bien. Bilingues. Muy bien. Cama comodisima. Excelente (y raro que suceda)
A la manana siguiente amanecemos con una garua. Partimos al Viejo Quebec sin miedo. "Ya va a parar" pensamos. "Con toda la lluvia que nos bamcamos en Vancouver, esto no es nada"
Una hora mas tarde aprendimos a no desestimar el poder del agua, y los beneficios de toda nuestra ropa "waterproof" que dulcemente descansaba en los roperos de Vanc.
Empapados como nunca, nos compramos unos emergency ponchos de plastico, que poco hicieron para ayudarnos.
Nos metimos en el Museo de la Civilizacion. Espectacular. Aprendimos sobre los indigenas que primero habitaron Canada y sobre como fue la conquista y los debates entre franceses e ingleses para quedarse con las tierras. muy interactivo y muy bueno. Nos echaron cuando cerro, en el medio de una exposicion sobre las grandes urbas que estaba barbara y avivaba nuestra conciencia cada vez mas "green". Yo aprovechaba las bocas de ventilacion para secar mi ropa, con poco exito y entre lo mojado y el aire acondicionado me sentia en Alaska. Unos fideos frios y 3 tazas de te mas tarde, un poco mejor. Aunque las zapatillas y las medias goteaban todavia.
Para cuando salimos del Museo (6 horas mas tarde) habia parado y nos dedicamos a recorrer la Old Quebec, que parece una ciudad encantada. Las murallas te transportan a otra epoca y las callecitas y murales tienen un aire romantico viejo que te hace sentir que flotas.
Nuestra estadia coincidio con los festejos por los 400 anos asique la calle parecia un hormiguero y se respiraba un clima festivo. Paseamos por el puerto, nos compramos pares de medias secos y limpios y comimos pizza. Otro te y partimos a ver los fuegos artificiales sobre el rio. Alucinante.
El dia siguiente era especial para mi. En Buenos Aires se operaba Coco y me levante nerviosa. Habia sonado que Coco se moria unos dias antes y por mas que sabia que no iba a pasar nada, queria que terminara. Aparte la cirugia para toda la familia tenia una carga tan importante. Queriamos que no tuviera mas dolor. Que mejorara su calidad de vida. Que sea mas feliz.
Desayunamos, yo muy callada. Recibo el llamado y me tranquilizo. Partimos a Old Quebec con sol y mas cosas por hacer. Paseando por las murallas recibo otro llamado. Las cosas no estan tan bien. Nos asustamos, pero ya paso.
Empezo el nudo constante en la panza y sentir que estas en un lugar en que en realidad no estas. Seguimos paseando. Fuimos a la Citadelle, una base militar que sigue activa desde el 1600. Es un fuerte que no se adivina desde afuera. No absorbo todo lo que veo, estoy en otra. No se que hacer con mi cuerpo, no se que hacer con mis manos y tengo ganas de vomitar.
El dia pasa y las noticas mejoran pero yo sigo inquieta. El encanto de Quebec no me distrae. Siguen las celebraciones por los 400 anos y con Rafa comemos panqueques, y a la noche una gran panzada en un restaurante que nos transporta a algun pueblito de Francia.
Nos vamos a dormir. Fue un dia agotador.
Amanecemos listos para partir a Montreal. Previo paso por la Ile D'Orleans. Una isla enfrente de Quebec que vivie del Agroturismo. Llena de sembrados, comimos unas frutillas riquisimas y nos tiramos a descansar en un jardin con vista al rio. Me llama Coco. Me cambia la vida.
Mas tranquila, encaramos las dos horas de viaje que nos separan de Montreal.

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