Ultimas horas en Vancouver. Ya en el aeropuerto, donde nos trajo un taxista libanes – canadiense que acaba de llevar a toda su familia a Disney. Cotmo si nada.
Y vuelvo a pensar en la diferencia de oportunidades. En los beneficios que algunos paises dan, y que lindo seria darlos por sentado. Si podemos ir a Disney es porque antes pudimos comer, estudiar, tener acceso a salud y seguridad y no tener que ahorrar para cuando nos jubilemos.
A mi el sudor de la frente de mis viejos me llevo a Disney. Soy de las argentinas mas afortunadas.
Rafa esta haciendo el check-in. Viajamos separados parte del camino. Nos van a dar una Buena vacunada con el sobrepeso. A los dos.
Adios Vancouver. Adios Canada.
Sera hasta la proxima?
Dejo un pais que me abrio sus puertas. Gente de fria reputacion que conmigo fue pura calidez y puertas abiertas. Dejo paisajes que te quitan la respiracion, escenas inolvidables. Voy a extranar tus montanas, tus dos estaciones de temperatura, tus cuatro estaciones de flores rojas, amarillas, violetas; tu invierno de nevadas inesperadas, de tiempo detenido, de flotar. Tu primavera de rosas y tu verano de dias largos y noches cortas.
Buena comida, un lindisimo idioma que no quiero perder, Buenos conocidos que terminarian siendo muy amigos con el tiempo. Con mas tiempo.
Quiero mas tiempo porque siento que el molde todavia no se rompio. Que hay estructuras y barreras por derribar. Hay instancias dentro mio por conquistar.
Pero este es el tiempo que tenemos. Y me pregunto si habre cambiado.
Vuelvo a lo que yo soy. A mis raices. Vuelvo a personas que me conocen, que me aman. Ellos tienen el carbonico de mi vida. Y al mismo tiempo vuelvo a empezar.
Otra ciudad, otro lugar, Poco conocido.
Con alguien que me ama.
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